Mis primeras palabras son de
agradecimiento a Dios por permitirme estar aquí y a ustedes, por acompañarme.
Mis palabras de
agradecimiento se extienden a la
comunidad universitaria y a quienes depositaron su confianza en mi persona,
para que conduzca y represente a la Universidad Metropolitana de Honduras
durante los próximos cuatro años.
Manifiesto mi reconocimiento
a quien hasta hoy rectoró la Universidad Metropolitana de Honduras, el Magister
Ernesto Armando Enamorado Blanco, al equipo rectoral y a todas las personas que le acompañaron en
la construcción de la UMH. De ellos, unos nos acompañan y otros nos dejaron su
recuerdo y contribución, lo que hace que siempre los tengamos presentes en la
memoria institucional y personal.
Saludo a quienes aceptaron
el reto de acompañarme en esta responsabilidad que asumo y que impone, como
tarea fundamental y única para el cuatrienio, la integración de sus ideas y las
mías para hacer de este acto, la piedra angular de una nueva etapa para la UMH.
Son muy conscientes de las exigencias presentes y conocen que demando a mis
colaboradores cercanos, dedicación al trabajo con cuerpo y alma.
Recordemos que nuestra
institución nació como una idea que maduró en un entusiasta grupo de
universitarios. Es el momento de brindar a nuestra Universidad un nuevo impulso
para hacerla crecer, para convertirla en una gran universidad. Es el tiempo de
incrementar su posicionamiento y para ello parto de una premisa esencial, el
futuro no es un invento, es construcción. No estoy aquí para pedir
cuentas de la gestión anterior, ni para juzgarla. Estoy, para colaborar desde
la rectoría, con la edificación del futuro de la Universidad Metropolitana de
Honduras con base a un compromiso con la transparencia y la eficiencia en la
gestión. Soy consciente de la
responsabilidad que asumo e igualmente soy consciente que ser electa Rectora de
la UMH es, sin duda, un privilegio
único.
Espero estar a la altura de
esa confianza que se ha depositado en mi persona.
El contexto en el que se
desenvuelve la educación superior del país tiende a ser cada vez más exigente y
la situación económica del país golpea a unos más, a otros menos, pero ninguna persona
o universidad escapa a esa realidad, como tampoco es ajena a la violencia, la
discriminación, la exclusión y toda esa gama de limitaciones que impiden al
hondureño desenvolverse para ser simplemente un ser humano, que disfruta su
dignidad por el sólo hecho de existir. Desde una visión optimista
del devenir, considero, que es deber compartido el potenciar el desarrollo de los diferentes
esfuerzos que se realizan para impulsar aún más la educación superior de
Honduras, abriendo el abanico de la cooperación entre todas las universidades
en el marco del respeto a la institucionalidad, al igual que a la de todos sus
integrantes. Sé que es una tarea
complicada, pero ser universidad es hacer valer la fuerza de la razón y también
sé, que las ideas surgen cuando la dificultad aflora. De ahí que a los amigos de
la Dirección de Educación Superior, del Consejo Técnico Consultivo y del
Consejo de Educación Superior le digo: encontrarán en mi período rectoral, una
disposición positiva y constructiva en beneficio de las iniciativas que
propenden al desarrollo de la educación superior del país y cuando las ideas o
planteamientos de la UMH sean diferentes a los de otras instituciones, nuestra
actitud es y será, la de debatir con altura, en el marco institucional, las
diferencias que existan o puedan suscitarse, respetando la diversidad.
A las instituciones hermanas
aglutinadas en la ANUPRI, le reitero la posición de la Universidad
Metropolitana de Honduras, de colaborar en todo aquello que propenda al desarrollo
de la iniciativa del sector privado que representamos y que avanzamos para el
beneficio de Honduras. A todas las instituciones de
educación superior, públicas y privadas del país, les manifiesto que a criterio
de la UMH, la cooperación inter universitaria y la internacionalización no son
una opción, constituyen una obligación. Nuestra universidad se
propone incrementar su vinculación con las universidades nacionales y por medio
de redes de cooperación con las extranjeras como estrategia de
internacionalización para facilitar la solidaridad universitaria y el
intercambio de experiencias y de la riqueza del trabajo académico. Soy ferviente convencida que
el esfuerzo que realicemos en la búsqueda de fórmulas de colaboración entre
nuestras instituciones, vale la pena recorrerlo. Sí esa es la voluntad de todos
los que participamos en el nivel de educación superior, y convencida estoy que
así es, nos encontraremos caminando por la misma senda.
Señoras y Señores:
Entre los retos que
enfrentamos como universidad, está la de mantener y potenciar la investigación.
Para ello deberemos aprovechar el talento de los miembros de nuestra comunidad
universitaria metropolitana para configurar un espacio de creatividad.
Necesitamos apoyar la investigación con nuevos modelos de gestión, articular
mejor la docencia y fomentarla en todos los ámbitos del saber y del quehacer
universitario. Para ello, se requiere que
los catedráticos comprendan que se deben a los estudiantes y que para ejercer
su catedra necesitan profundizar y renovar sus conocimientos de manera
permanente. De ahí la importancia de la investigación como la herramienta
esencial del ser universitario. No le temo a lo desconocido.
Creo que la marca de
identidad de una universidad es la calidad de su docencia, de su investigación
y de la proyección de su cultura institucional. En una universidad creativa e
innovadora, centrada en valores, capaz de inspirar a los demás. Así como en una
universidad sensible a los problemas que aquejan a centenares de miles de
compatriotas que poco a poco pierden el sueño de un mundo mejor.
Por ello, estimo que la UMH
debe contribuir a recuperar a las personas que han perdido la esperanza,
brindando servicios educativos accesibles y de calidad que les ayuden a abrir
las puertas de la oportunidad. En lo personal, estoy convencida de que la mejor
herramienta para combatir el desempleo y la pobreza es la educación y la
apuesta por un nuevo modelo de producción basado en el conocimiento, la
investigación y la innovación.
Gabriel García Márquez nos
decía que la educación desde la cuna hasta la tumba debe ser inconforme,
reflexiva e inspiradora de un nuevo modo de pensar en una sociedad que se
quiere a sí misma. Y es que, si queremos
entender la universidad del futuro, tenemos que pensarla como una comunidad de
universitarios, liderada por universitarios, fuertemente vinculada con la
sociedad. Una universidad humanista y contributiva, que pase de estar cerca a
estar dentro, a ser parte de la resolución de las necesidades que nos plantea
el entorno. Por lo anterior, personal
directivo, docente y administrativo de la UMH, entendamos desde hoy que el
criterio de mejora continua debe ser la máxima orientadora de nuestras
actividades. Sólo así podremos volcarnos diariamente al incremento de la
competitividad de nuestra institución educativa. Recordemos siempre que la
institución que se disfraza y no se renueva, está condenada a la decadencia.
Mi empeño será el promover
procesos de gestión que tengan más en cuenta a los destinatarios últimos de las
decisiones que se adopten. Asimismo, nos volcaremos a
buscar, aumentar y diversificar las fuentes de ingreso, manteniendo una
política de austeridad y racionalidad en el gasto, pero sin olvidar lo esencial
y sin detener nuestra proyección de una universidad en crecimiento. Convencida de que es
necesario llevar la educación a los rincones más apartados, a los más
olvidados, a los que esperan sólo una oportunidad para desarrollarse, vamos a
continuar fomentando la educación a distancia al mismo tiempo que fortalecemos
la educación presencial. Somos una universidad que cree
en el derecho universal a la educación y por ello nació ligada a la extensión
de la educación universitaria con el medio no urbano. Hoy, después de varios años
en los que crecimos con una oferta académica que se mantuvo concentrada en el
ámbito capitalino, hemos abierto el camino de la expansión. Nuevas carreras, serán
desarrolladas en nuestros Centros Asociados, por lo que a ellos le confirmamos
nuestro compromiso con la calidad de los procesos que se desarrollen, con la
corrección de lo que sea necesario, y más aún, con el fomento de la excelencia
y la transparencia. Directivos, docentes y
estudiantes de los Centros Asociados, les acompañaremos más de cerca en todos
sus procesos. El sistema presencial es
objeto desde ya de mi atención prioritaria. Tenemos mucho que hacer. Tenemos
que repensarlo. Hay ideas que están cobrando forma, pero la atención a nuestros
estudiantes y su proceso formativo, al igual que a la calidad del servicio que
les brindamos, merecen nuestra mayor atención.
La sociedad de la información
en la que nos desenvolvemos, da lugar a nuevos desafíos y a la vez a nuevas
oportunidad hasta ahora desconocidas de aprender desafiando puntos de vista y
prácticas establecidas.
El desarrollo humano es un
proceso de ampliación de opciones de la persona y hacia allí debemos caminar. Por ello aspiro a que
nuestra universidad entregue a nuestros estudiantes las herramientas necesarias
para que sean ellos los que descubran cuáles son sus talentos y sus habilidades
y puedan así, determinar sus fortalezas y capacidades para emprender proyectos
profesionales. Muchos podrán pensar que
todo esto es un sueño. A quienes así piensen quisiera recordarles las palabras
del gran escritor uruguayo Eduardo Galeano, quien afirmaba que “la utopía está
en el horizonte. Me acerco dos pasos, ella se aleja dos pasos. Camino diez
pasos y el horizonte se desplaza diez pasos más allá. Por mucho que camine,
nunca la alcanzaré. Entonces, ¿para qué sirve la utopía? Para eso: para
caminar.”
Señoras y Señores: El entorno en el que asumo
esta Rectoría no es quizás el mejor, pero el mar en calma no forja a los
mejores marineros. El reto es considerable,
como también lo es la ilusión y mucho más la disposición que tengo, al igual
que la del equipo rectoral que me
acompañará, para superar el mismo con la colaboración de toda la comunidad
universitaria metropolitana. La rectoría no será para mí
una carga, será una motivación para trabajar en pro de una universidad mucho
mejor. No soy ingenua; conozco la
complejidad de la tarea a cumplir, pero desde muy temprano entendí el valor de
la educación para transformar el mundo. José Cecilio del Valle, afirmó
que “la obra más grande entre todas las obras es la de crear; y la
educación, es una especie de creación.”
Quisiera concluir mis
palabras dirigiéndome a los que comparten mi vida personal y profesional. Ellos
han sido siempre sumamente generosos en su respaldo ante todas las
responsabilidades que he asumido a lo largo de los años. Gracias Mario, gracias a mis
hijos Yuri, Erik, Kurt e Ilse, por su apoyo y su amor, así como a toda mi
familia, la que siempre está a mi lado.
Señoras y Señores, Dios les
bendiga a todos ustedes y a mí, me brinde la fortaleza y la sabiduría para
conducir a la Universidad Metropolitana de Honduras por mejores derroteros.
Muchas gracias.